El impresionismo es un estilo pictórico que se origina en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX. Se caracteriza por su persistente experimentación con la iluminación. El manejo de la luz se considera como un factor crucial para alcanzar belleza y balance en la pintura.
Los cuadros impresionistas se construyen técnicamente a partir de manchas bastas de colores, las cuales actúan como puntos de una policromía más amplia, que es la obra en sí. Por ello, al observar los lienzos es necesario tomar cierta distancia, para que aparezcan las luces sombras y figuras.
Impression, soleil levant - Monet (1840-1926)
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Monet pintó el sol casi con la misma luminancia del cielo, una condición que sugiere humedad alta y atenuación atmosférica de la luz. Este detalle descansa sobre el uso de colores complementarios y variedad de temperaturas de color, en lugar de cambios de intensidad o valores contrastantes, para diferenciar el sol del cielo circundante. La pintura trata el valor de contraste simultáneo de los colores, situando tonos cálidos sobre otros opuestos que permiten resaltar, en la retina del espectador, unos tonos sobre otros. La vaporización será el elemento fundamental que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la obra y que atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta atmósfera húmeda. El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra es provocar una impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que se atribuye al espectador en el impresionismo.
Julie Manet y un gato - Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)
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La joven Julie nos mira con unos ojos llenos de vida y en su regazo se encuentra este comodísimo gato, que parece extasiado de placer entre los brazos de la niña.
Posimpresionismo o postimpresionismo es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos a finales del siglo XIX y principios del XX posteriores al impresionismo. Lo acuñó el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en 1910. Este término engloba diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de este. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura. Sus exponentes reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo.
La botella de peppermint - Paul Cezanne (1839-1906)
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Paul Cézanne fue un maestro del bodegón, como podemos ver en esta maravillosa "botella de peppermint". El artista nos presenta unos objetos que parecen estar suspendidos en planos verticales situados sobre una mesa en la que se reprime toda profundidad.
El fondo, con esas líneas horizontales y verticales no hacen más que potenciar este efecto de perfecta desestabilizaciónque se traduce en un dinamismo inusual en un bodegón.
Cézanne puede captar perfectamente los materiales: ese vidriotransparente (a través del cual vemos varias capas de objetos), esas telas arrugadas en complicadísimos pliegues, la botella de peppermint que da nombre al cuadro con su elegante doble curvatura, y por supuesto las inevitables frutas que tantas veces pintó.
Todos en perfecta conjunción (parece que si mueves una manzana se viene todo abajo…) pero cada elemento con su propia solidez, peso, opacidad y equilibrio.
Dormitorio en Arlés - Vincent Van Gogh (1853-1890)
fuente: https://historia-arte.com/obras/dormitorio-en-arles
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Más allá de la comercialización de la figura atormentada del héroe depresivo que se ha propagado en los últimos años, Van Gogh debería de ser considerado como un artista de propuesta expansiva extrañamente personal. El dormitorio en Arlés (1888) funge muy bien como un ejemplo ilustrativo. Casi sin formación académica, su obra resulta sumamente llamativa al tacto: el manejo de los volúmenes es tal que pareciera que la recámara, en este caso, estuviese chueca, volcada sobre sí misma, en un equilibrio incierto que remite a una realidad desfasada, a punto de colapsar sobre el espectador. Hay algo en las proporciones que funciona solamente sobre sí mismo, y que invita a una inmersión secundaria: primero, la de la perspectiva —como si se estuviese entrando al cuarto—; luego, la de la desestabilización, de la pérdida del suelo.
Pareciera, entonces, que Van Gogh invita a una nueva experimentación de la realidad aparente, enfatizando siempre la intervención de la experiencia individual a cada espectador. El juego de sólidos, la pesadez, la necesidad imperiosa de querer que no se desplome sobre uno mismo: eso es Van Gogh, eso es Arlés en 1888, eso es el paso al siglo XX.
fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Claude_Monet
https://historia-arte.com/obras/julie-manet-y-un-gato
https://www.todocuadros.com.mx/estilos-arte/impresionismo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Posimpresionismo
https://historia-arte.com/obras/la-botella-de-peppermint
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